Ir al contenido principal

Ilustración infantil. Jugando en la playa.

Estoy rescatando algunos trabajos antiguos en todo el maremagnum que tenía de imágenes desordenadas y esta es una de las que más satisfecho estoy. Se me ocurrió en la sala de espera del aeropuerto de Barajas. Para matar el tiempo siempre llevo un bloc para garabatear y este dibujo salió casi del tirón. Recordé mi niñez en la playa junto a mis hermanos. Nos encantaba hurgar entre las rocas y meter las manos en los agujeros que quedaban expuestos a la bajamar. Más de una vez nos gastábamos bromas con que algún monstruo podía habernos atrapado los dedos. Por suerte no fue así, aunque nos llevamos alguna mordedura de algún cangrejo y más de una picadura de anémona. Incluso una vez un pez escorpión me dejó la mano hinchada una buena temporada. Pero eso es otra historia que seguro que me da para otra ilustración.

Opinión: El valor del trabajo y del compromiso.

No sé por qué, pero hoy en día el trabajo, como concepto, no es precisamente un valor al alza. Yo intento esforzarme y servir como ejemplo a mis niños. Y si esto no resulta suficiente, les hablo de Rafa Nadal o, aún mejor, de su mamá (que vaya tela como trabaja la niña!!).

Y estaba yo en estas cuando me he encontrado con el blog de una chica que ilustra aquello de "que el talento comienza las grandes obras, pero sólo el trabajo es capaz de terminarlas" (no recuerdo si la cita era así exactamente, pero creo que vale igual). Cuando uno entra en la web de Beatriz Iglesias se queda alucinado con la cantidad de trabajos que ha sido y es capaz de producir. Con gran variedad de estilos, técnicas, aplicaciones, destinatarios… pffff, INCREÍBLE. En todos ellos destaca el buen humor, la simpatía y el talento, por supuesto. Pero yo, que ya he sobrepasado los cuarenta, y que ya no me duelen prendas en decir que soy sensible (y sino, ya se encargan de sacármelo mis peques), me quedo con una característica por encima de todas: su compromiso.

Sí, Beatriz nos muestra que está comprometida con su trabajo, con sus amigos y con los problemas de los demás. Y esa belleza interior (como decía aquel anuncio de los yogures) se ve en el exterior.

Nada, que he aprendido mucho admirando su trabajo y que voy a seguir haciéndolo. Y como no quiero quedármela para mi solo, les invito a que visiten su web. Es un mundo maravilloso.


Comentarios

Publicar un comentario