Estoy rescatando algunos trabajos antiguos en todo el maremagnum que tenía de imágenes desordenadas y esta es una de las que más satisfecho estoy. Se me ocurrió en la sala de espera del aeropuerto de Barajas. Para matar el tiempo siempre llevo un bloc para garabatear y este dibujo salió casi del tirón. Recordé mi niñez en la playa junto a mis hermanos. Nos encantaba hurgar entre las rocas y meter las manos en los agujeros que quedaban expuestos a la bajamar. Más de una vez nos gastábamos bromas con que algún monstruo podía habernos atrapado los dedos. Por suerte no fue así, aunque nos llevamos alguna mordedura de algún cangrejo y más de una picadura de anémona. Incluso una vez un pez escorpión me dejó la mano hinchada una buena temporada. Pero eso es otra historia que seguro que me da para otra ilustración.
Es obvio que el proceso creativo nace en la mente de cada uno. Pero, ¿cómo cristaliza?. O dicho de otro modo, ¿qué imagen evoca dicho inicio?. Seguramente habrá cientos de respuestas a esta pregunta, tantas como personas contesten, pero a mi lo primero que me viene a la cabeza es un papel y un lápiz. De hecho yo suelo pensar con un lápiz en la mano y un papel delante. Partiendo de aquí, si yo tenía que plasmar la idea de creatividad consideré acertado servirme de una mano sujetando un lápiz. Como veréis el proceso es un poco caótico, pero yo me encuentro muy a gusto trabajando así. Voy saltando de un sitio a otro sin ponerme límites y jugando con los elementos que voy incorporando: las palabras "Crea y Crece", los dedos que sujetan el lápiz y las líneas que forman (dos "Cs"), un pincel... También podéis ver que exploré otras posibilidades, pero no me convencían (ver los garabatos a los márgenes). Pero en la imagen anterior ya hubo una imagen